Las líneas son sencillas pero distintivas y la sitúan entre una forma redondeada y una cuadrada, para satisfacer el mayor número de gustos y necesidades.
La luz se coloca en la base, desde la que también es recargable, dando así luz a las botellas que contiene y a su entorno, convirtiéndose en un objeto útil con una fuerte identidad estética.
El acrílico, elegido como material principal para su fabricación, lo hace aún más resistente, un requisito fundamental para un instrumento que se utiliza sobre todo en entornos concurridos, donde los accidentes con objetos como copas de vino espumoso y bandejas están a la orden del día.
Es fácil ver, por tanto, que el diseñador que lo ha creado no sólo ha pensado en un objeto con un fuerte carácter estético, sino también práctico y perfectamente adecuado para el trabajo.
En resumen, el Tonic Ice Bowl es lo mejor para el servicio de mesa de sus veladas más frescas.