Hay quien prefiere el café en vidrio. Quizá sea por la maravilla de observar su color a través de la transparencia: desde los tonos más oscuros del fondo, pasando por la crema color avellana de la superficie, hasta el típico beige de un latte macchiato.
Si el vaso utilizado para servir el café es un vaso especial, entonces la maravilla se duplica. En efecto, el vidrio utilizado para esta taza es de un tipo único, derivado de la fusión de arena de sílice con la adición de fundentes, decolorantes y refinantes.
El vidrio utilizado en este proceso de producción es de tipo extrablanco (sin plomo) y se moldea mediante prensado, soplado a presión y centrifugado.
Su calidad es, por tanto, superior. Si a esto le añadimos una extrema solidez en la elaboración y un diseño simpático que se adapta sin miedo a los más diversos entornos profesionales y domésticos, habremos encontrado el objeto perfecto para acompañarnos a diario.
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