La fama -y, por supuesto, el nombre- de los cálices Nick y Nora procede de una película estadounidense de la época de la Ley Seca, de 1939, titulada El hombre delgado, el hombre sombra.
Nick y Nora Charles son un matrimonio (él es un antiguo detective, ella una rica heredera, siempre acompañada de su perra Asta) amante de la buena vida y los cócteles, las fiestas y la alta burguesía, que se ocupa de investigar la desaparición de un científico y los asesinatos que le siguen.
Son muchas las escenas de la película en las que la pareja degusta bebidas en estas minicopas: copas pequeñas y extremadamente elegantes, refinadas y nobles, de las que los vidrieros tomaron ejemplo casi un siglo después para revivir una forma olvidada hace tiempo pero de nuevo en boga con la vuelta a lo vintage y el renacimiento de la edad de oro de las mezclas, los bares clandestinos y los cócteles a medias. Pequeñas pero indiscutibles estrellas del bar.
Su reducida capacidad y su estilo retro son su peculiaridad, el rasgo que las distingue de todos los demás modelos y que nos trae a la memoria los ambientes de los años 20 y 30 y las fiestas del Gran Gatsby.
Decorados, lisos, ovalados, cónicos, acampanados, decorados, tallados: Nick y Nora son vasos para vivir y amar.
